16.4 - EL PAIS VASCO
Está ubicado sobre las estribaciones occidentales de la cordillera montañosa de los Pirineos y sus zonas adyacentes, conformando una frontera natural y nexo de unión entre la península y el resto de Europa, donde el río Bidasoa marca la frontera entre el Estado Español y el Estado Francés, e integrándose por siete provincias ó herrialdes pertenecientes a dichos países.
Por su parte la región Norpirenaica está formada por tres provincias, y es una región conocida como Iparralde que integra el Departamento de los Pirineos Atlánticos de Francia, compuesto por las provincias de Lapurdi, Benafarroa y Zuberoa.
El origen de su nombre en castellano deriva de la denominación de “vascones” atribuida a sus primeros habitantes mencionados históricamente por los Celtas: barscunes, que en lengua celta significa “los de lo alto” ó “los de la cima”, que han permanecido desde tiempo inmemorial manteniendo vivas sus ricas tradiciones culturales y resultando fieles a su testimonio de identidad.
Este pueblo tiene raíces ancestrales con una cultura y un idioma propio, sus habitantes han sido durante siglos marinos, labradores y pastores que hablaban una lengua desconocida sin parentesco con las conocidas, de origen nórdico, casi vikinga, el euskera; la más antigua lengua de occidente y cuyo origen hay que buscarlo en la leyenda mas que en la historia ya que ellos se consideran descendientes de la tierra: los euskaldunak; constituyendo la etnia más antigua y pura que hay en la Península Ibérica y posiblemente en toda Europa.
Junto al marinero está también el pueblo campesino, la agricultura se basa en el cultivo intensivo, siendo otro tradicional oficio vasco el de pastor; ya que la industria y el comercio llegarían recién a principios del siglo pasado.
El origen de las libertades del Pueblo Vasco se basaba en los Fueros ó carta de fundación de ciudades y villas, que tenían como objeto el concentrar familiares en lugares determinados en los cuales se recogían privilegios y exenciones tomados a partir de usos y costumbres que obedecían a una particular forma de pensar y sentir.
Estas normas, en el caso de las Provincias Vascas, constituían leyes de tipo general que dichos territorios se dieron a sí mismos, en un momento histórico en el que gozaban de gran autonomía.
Así los reyes o señores que ejercían el dominio territorial de la zona reconocían a las comunidades estos derechos y respetaban los mismos, pero durante el Siglo XIX los Fueros quedaron limitados y hacia fines del siglo fueron definitivamente derogados.
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